El proyecto parte de una lectura cuidadosa de la vida de una comunidad muy específica, una especie de micro-sociedad con sus propias reglas.
Se trata de un programa a medio camino entre hotel y hospital que trata a de entender y reinterpretar la combinación social y privada, respondiendo por un lado a la necesidades de vivir en comunidad así como en soledad.
Unidades independientes se van agregando en un cuerpo único, cuyo diseño es expresivo y claro. La movilidad reducida de aquellos que habitan el edificio sugiere que cualquier desplazamiento debe ser una experiencia diversa y emotiva.
El edificio se asume como una pared que surge naturalmente de la topografía. La tierra limita y define el espacio abierto y la organización de toda la parcela.
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